Kinesiólogo de la Universidad de Chile, fue un hombre excepcional en muchos aspectos de su vida. Esposo y padre de cuatro hijos, siempre fue una inspiración por su determinación, constancia y visión innovadora.
Como profesional de la kinesiología, Sergio no sólo fue un profesional con una agudeza clínica que destacan sus miles de pacientes, sino que siempre se esforzó y trabajó por llevar la salud y el bienestar a los más altos estándares, generando nuevos paradigmas.
Hoy, su legado sigue vivo en Kinesicwork, donde el trabajo de una vida se ve reflejado y continúa mejorando a cientos de pacientes a través de su metodología, donde su visión y pasión siguen guiando a nuevos Kinesiólogos que siguen sus pasos.
El impacto de Sergio no se limita a sus logros profesionales, sino a la inspiración que dejó en cada persona que tuvo la fortuna de conocerlo. Fue un hombre que vivió para mejorar a quienes lo rodeaban, siempre con una sonrisa, una palabra de aliento y un propósito claro. Su legado sigue vivo en la misión de Kinesicwork, en los corazones de sus colegas y en los avances que día a día llevan su visión un paso más allá.
“Si he podido ver más lejos, es porque estoy sobre los hombros de gigantes”. Estas palabras, que tanto le inspiraban, hoy, estamos sobre tus hombros Sergio, y vemos el camino que trazaste y no terminará aquí. Es nuestra responsabilidad tomar lo que nos dejó y seguir construyendo, siempre recordando que cada paso que damos honra su memoria y multiplica su impacto.
Hasta que volvamos a vernos, Sergio. Tu legado seguirá guiando nuestros pasos, iluminando el camino hacia una kinesiología más humana, científica y transformadora.
Que descanse en paz y que su memoria siempre sea un recordatorio de su legado y su pasión.